miércoles, 15 de septiembre de 2021

Normas gramaticales y de estilo del periodismo gráfico y digital

 


El lenguaje periodístico no es rebuscado. Por el contrario, hay que utilizar expresiones sencillas, sin caer en la vulgaridad.

En las oraciones se debe economizar el uso de palabras, para lograr una redacción más directa. En los siguientes ejemplos, las expresiones que son preferibles están entre paréntesis: dar comienzo (comenzar), darse a la fuga (fugarse), hacer público (publicar), en un futuro próximo (pronto), llevar a cabo (realizar), dar por finalizada (finalizar), llegar a un acuerdo (acordar), etcétera.

 Es más adecuado utilizar palabras cortas.

Es indispensable ser cuidadoso con el cambio de tiempos verbales, porque esto puede causar confusión en los lectores.

Aunque en periodismo se recomienda respetar la construcción clásica (sujeto – verbo – predicado), una oración puede ser comenzada con un verbo, pero es necesario evitar este recurso en la medida que sea posible.

 Hay muchos usos incorrectos en la escritura, pero quizás el más frecuente es el “dequeísmo”: consiste en poner incorrectamente la preposición “de” delante de proposiciones sustantivas encabezadas por la palabra “que” (cuando ésta cumple la función de sujeto, de objeto directo o acompaña a los verbos “ser” o “estar”). En otros casos, lo que ocurre es el “queísmo”, que es el error inverso (supresión de la preposición “de” en casos de complemento de un sustantivo, adjetivo o verbo).

Casos de dequeísmo:

Es importante de que asistan a clases.

El gobernador anunció de que se realizarán las obras.

Su apuesta es de que las condiciones sociales mejoren.

Casos de queísmo:

Es correcta la recomendación que eviten las manifestaciones.

El juez estaba seguro que era corrupto.

Se mostró confiado que la convocatoria será multitudinaria.

 

Periodismo en radio y televisión.

La mayor parte de los textos que arriban a la sala de redacción de las emisoras de radio y televisión deben ser adaptados al lenguaje de estos medios, para suprimir las marcas típicas del lenguaje escrito.

Tanto el lenguaje radiofónico como audiovisual son lineales, lo que significa que no se puede volver a los mensajes emitidos a no ser que se los pueda grabar. Es necesario tener en cuenta todos los otros condicionamientos que se describieron en el capítulo anterior, como fugacidad, fatiga auditiva o dependencia del aparato receptor. La gramática en ambos medios es similar, con la diferencia de que en la televisión, el lenguaje verbal acompaña o apoya a las imágenes, lo que significa que debe estar en sintonía con lo que se muestra en pantalla. Si el objetivo es lograr una transmisión eficaz del mensa- je radial y televisivo, se deben tener en cuenta las siguientes pautas básicas:

Palabras sencillas: las palabras rebuscadas, ambiguas o poco usuales no ayudan a la claridad del mensaje, la breve- dad y la dinámica, requisitos esenciales de la expresión oral. Es necesario tener siempre en cuenta la heterogeneidad socio- cultural del público al que llegan la radio y la televisión. Los términos técnicos deben ser respetados y si existe la necesidad de explicarlos, se debe hacer en la forma más simple y breve posible (en el caso de la televisión, los tecnicismos pueden quedar aclarados con imágenes o infografías).

Una idea por oración: se debe seguir la secuencia gramatical básica sujeto - verbo - predicado, sin que la brevedad implique escribir telegráficamente. Es necesario evitar oraciones subordinadas con uso indiscriminado de nexos o la introducción de explicaciones que alarguen la distancia entre el sujeto y el verbo.

Sujeto expreso: el sujeto debe aparecer explícitamente, como protagonista de la acción del verbo. No es adecuado el uso de sujetos tácitos, como tampoco de pronombres (él, ella, ellos), porque esto obliga a la audiencia a recordar cuál es el referente que se sustituye:

Voz activa: no solo ayuda a darle más fuerza y claridad a la oración, sino que también contribuye a mantener la secuencia lógica sujeto - verbo - predicado. Es necesario el uso de verbos en tiempo presente (indicativo), en virtud del carácter inmediato o simultáneo que tiene la información, mientras que el pasado es más recomendable en la forma de pretérito perfecto simple y el futuro en su forma imperfecta.

Redundancia: la fugacidad del mensaje radial obliga a volver sobre los conceptos más relevantes, para poder fijarlos en el oyente. No se trata de repetir, por lo que apoyarse en sinónimos es una estrategia adecuada para aplicar la redundancia.

Signos de puntuación aptos: las comillas, paréntesis y guiones no se pueden traducir al lenguaje hablado (a no ser que, en el caso de la televisión, aparezcan en la pantalla). En cambio son útiles la coma (indica pausa en la lectura), el punto seguido y aparte, los puntos suspensivos y los dos puntos (que indican distintos niveles de pausa, por supuesto más marcados que en la coma) y los signos de interrogación y admiración.

 


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